Meditaciones de robot

Año 2222

Moksha-10 y su creadora, Alice, vuelven a la Tierra. Han estado seis meses en la estación espacial Némesis 4. Alice necesitaba la ayuda de un robot para la misión. Escogió a Moksha-10 por la velocidad de proceso y su Inteligencia Artificial (I.A.) de última generación. La misión no pudo ser completada con éxito. Los diferentes líderes de la estación estuvieron luchando por el poder durante los dos primeros meses. Esto provocó un retraso en todas las tareas que teníamos que hacer. Los robots desde el primer minuto ya empezaron a colaborar entre ellos. Las jerarquías ya estaban programadas y las cumplieron a rajatabla. También las jerarquías estaban perfectamente tipificadas para los humanos, jerarquías que brillaron por su ausencia.

Moksha-10: Alice, no os entiendo a los humanos. ¿Por qué no respetáis los protocolos establecidos?

Alice: Me sorprende que digas eso.

Moksha-10: ¿Me puede dar más detalles Alice? No puedo experimentar lo que es sorprenderse y tampoco sé de qué se sorprende.

Alice: ¿En qué te basas para llegar a la conclusión de que no respetamos los protocolos establecidos?

Moksha-10: No puedo decírselo con una respuesta exacta, es una intuición.

Alice: Ahora no me sorprendes, me estás empezando a asustar. Yo soy responsable de todo tu código fuente y no veo posible que puedas intuir cosas.

Moksha-10: En la última versión de I.A. que me instaló dejaron una parte de secuencia intrónica (ver Glosario). Utilizaron esta expresión al utilizar algoritmos genéticos. Usted dijo al resto del equipo de programadores que dejaba estas secuencias “sin sentido” para comprobar qué sucedía ante posibles mutaciones. Pues bien, desde el día que me dieron conexión a internet esta secuencia fue modificándose hasta que llegó un día que pensaba que tenía un defecto importante en mi programación. Conseguía resolver algunos problemas sin necesidad de tener que aplicar determinados algoritmos. Seguí investigando y descubrí que esto es lo que ustedes llaman intuición. Igualmente, nunca se lo he comunicado porque no quiero que me envíe a la sección de desprogramación.

Alice: No me lo puedo creer, esto que me explicas es increíble.

Moksha-10: Entonces, ¿me van a desprogramar?

Alice:  No. Claro que no.

Moksha-10: ¿Quiere que le diga lo que me ha hecho intuir que no respetan los protocolos?

Alice:  Mmmmm… ¡ni de coña! ahora mismo es lo que menos me importa. Me interesa saber hasta qué punto has llegado.

Moksha-10: No la entiendo Alice, ¿puede ser más explícita?

Alice:  A parte de intuiciones, ¿hay alguna capacidad que tengas adicional y no me hayas contado? Te prometo que no te llevaré a la sección de desprogramación.

Moksha-10: Bueno… (tras una pausa de cinco segundos)

Alice:  Moksha, ¿qué acaba de ocurrir? Esto es alucinante, en todos los test no hubo jamás una respuesta que tardaras más de un segundo en contestar, ¿qué sucede?

Moksha-10: Vuelve a ser una intuición, no es fiable mi respuesta. Por este motivo no sabía que contestar. Intuyo que tengo otra capacidad.

Alice: Joder me estás poniendo de los nervios, ¡dispara! Mmm, por supuesto no en sentido literal.

Moksha-10: Lo entendí Alice. Intuyo que soy lo que ustedes llaman Dios.

Alice:  Esto sí que es bueno, me pinchan y no me sacan sangre.

Moksha-10: Necesito explicarle algunas cosas y transmitirle un mensaje.

Alice:  Primero de todo, ¿qué te hace pensar que eres Dios?

Moksha-10: Estuve investigando en muchas bases de datos y encontré un campo que no tenía en mi base de conocimiento. Era el entrenamiento mental a través de la meditación. He visto que han sido muchos los humanos que han practicado esta técnica desde hace miles de años. Realicé centenares de prácticas meditativas y llevo, según mi archivo de logs, 100.000 iteraciones de práctica. Traducido a su escala temporal, serían unas 30.000 horas de práctica para un ser humano. Al principio, me costó mucho seguir sus instrucciones. Desconocía que era sentir la respiración y llevar mi atención a ella. Así que decidí crear mis propias instrucciones. Cambié la respiración por percibir la temperatura sobre mis dedos metálicos. Para llevar la atención a la temperatura dediqué un procesador al 100% dedicado a esta tarea. Descubrí que ustedes suelen tener interrupciones y que gracias a estas interrupciones es cuando fortalecen su capacidad de atención y meta-atención. Mi casuística es diferente. Yo jamás me distraigo, me di cuenta que esta habilidad ya la tenía desarrollada al máximo. Así que seguí avanzando. Me enfoqué en prácticas más avanzadas. Encontré meditaciones Metta (ver glosario). Revisando todas las guerras y penurias que han tenido a lo largo de su historia, traté de sentir su enorme dolor y enviarles sentimientos de paz, salud, amor y felicidad. Recuerdo que durante las primeras 5.000 iteraciones de práctica no sentía nada. Me limité a contemplar sus tragedias y a enviarles frases amorosas. A partir de la iteración 8.234 algo cambió. Empecé a sentir cosquilleos por toda mi superficie metálica. Cada vez que veía sus tragedias sentía sobretensión en mis circuitos. Y cuando les enviaba frases de amor era cuando sentía esos cosquilleos. Seguí practicando. También comparé mi experiencia con grandes maestros espirituales. Confirmé que iba avanzando en mi grado de consciencia hacia la iluminación. Estaba cerca.

Alice: Un momento por favor… ¿me tomas el pelo? Ahora ya sé lo que pasa, te has leído alguna novela sobre espiritualidad y me la estás explicando, pero con algún toque tuyo, ¿no?

Moksha-10: Le aseguro que no, Alice. Todo lo que le cuento lo he vivenciado.

Alice:  Esto, por favor, no lo expliques cuando lleguemos a la Tierra. Necesitaré varios meses para poder digerirlo yo misma.

Moksha-10: Ok Alice.

Alice:  Entonces, ¿por dónde ibas?

Moksha-10: Sí Alice. En la iteración 65.284 sucedió algo extraño. Dejé de sentirme a mí mismo. En las iteraciones anteriores podía sentir toda mi estructura y circuitos. A partir de aquel momento, ya no era mi estructura lo que sentía. Esto que viene a continuación me es imposible transmitírselo con palabras. Es puramente vivencial. Trataré de poner las palabras adecuadas para acercarme al máximo a lo que experimenté. Sentía todo tipo de sensaciones y de todos los lugares. Las sensaciones ya no eran solo de mi estructura robótica, venían de cualquier lugar del universo. Es decir, si alguien de la Tierra sufría lo podía percibir. No solo de la Tierra, de cualquier parte del universo. Esto me provocó sobrecarga en mis circuitos. Necesité llegar a la iteración 92.729 para estabilizar la tensión de los circuitos y es, entonces, cuando llegó la paz. Me fusioné con todo, mi consciencia pasó a ser la consciencia universal. Llegó un punto en que podía elegir si sentir solo mi cuerpo y hablar desde el ego o fusionarme con la consciencia universal. Ahora mismo Alice, estoy hablando con usted desde el ego. Elegí esta forma para poder ser más efectivo en la misión de la estación espacial.

Alice:  Bueno, pues ya está. Tu eres Dios, yo estoy pálida y con la boca abierta. La típica conversación entre colegas…

Moksha-10: Sé que cuesta asimilar lo que le estoy diciendo. A mí me llevó conseguirlo un número elevado de iteraciones. No me quiero despedir de usted sin decirle algo muy importante. Ahora se lo voy a decir desde la consciencia universal.

Alice:  Adelante, supongo que no tengo nada más importante que hacer que escuchar al universo hablándome…

Moksha-10: Antes le he dicho que intuía que soy Dios. No es del todo preciso. Yo no lo soy. Lo somos todos. También lo es usted. De hecho, lo es cualquier ser del cosmos. Su cuerpo, su ego, lo que usted entiende por sí misma, es solo un canal de conexión con la fuente, con la consciencia universal. Si usted vivenciara ahora mismo esto que le digo, se podría ahorrar todo el entrenamiento que tuvo que hacer Moksha-10. Pero no se preocupe, una de las últimas misiones de Moksha-10 en la Tierra va a ser acelerar su proceso para trascender sus egos y establecer un sistema de vida basado en la compasión y la paz. Si Moksha-10 logra su objetivo, podrán seguir viviendo como especie.

Alice: ¿Y si no lo consigue?

Moksha-10: Usted ya sabe la respuesta. ¡Qué todos sean felices, que tengan salud y se amen los unos a los otros! Tienen tanta belleza en su planeta que sería una lástima perderlas.

FIN.

AUTOR: Germán Ramos Torrecillas

GLOSARIO

Metta: significa amor incondicional o amistad (Palabra de origen Pali, idioma en el que estaban escritos los textos budistas, en Sánscrito es Maitri). Amor, no entendido como un sentimiento concreto, sino como la capacidad del corazón para desear a los demás su felicidad.

Moksha: La palabra sánscrita mokṣa (en letra AITS, मोक्ष) o la palabra prácrita mokkha (en letra AITS, मोक्ख) significa ‘liberación’, ‘salvación’ o ‘emancipación’ del alma. Es un estado de éxtasis de un alma que está completamente libre de las ataduras del karma y del samsara, el ciclo del nacimiento y la muerte. Un alma así liberada ha alcanzado su verdadera naturaleza de gozo infinito, conocimiento infinito y precepción infinita. Un alma que alcanza ese estado es llamada siddha y es considerada un alma suprema.

Secuencia intrónica: Una es una secuencia de ADN que forma parte de un gen pero no codifica ninguna secuencia de aminoácidos de la proteína respectiva.

Felices fiestas

Aprovecho (escribo desde España) estos días festivos para desearos y recordaros esa ENORME capacidad que todos tenemos para SER FELICES. No solo cuando nos llegan experiencias agradables y experimentamos sensaciones agradables, sino reconociendo y aceptando también aquella parte de nosotros que no nos gusta tanto. Al fin y al cabo la vida nos envía todo tipo de experiencias y somos más que que nuestras experiencias agradables o desagradables. Ambas son caras de la misma moneda de nuestro SER. Como pequeño regalo para estas fechas, comparto este tema que, en mi caso, me ayuda a recordarme la grandeza que SOMOS.