¿Qué significa vivir con mayor grado de conciencia? ¿Tiene sentido aumentarlo?

Muchas veces escuchamos expresiones del estilo: «Vivir conectado al momento presente», «Aumentar nuestro grado de conciencia», «Estar en el aquí y el ahora», etc. En este artículo me quiero centrar en el significado de «Aumentar nuestro grado de conciencia».

Según Wikipedia:

La conciencia (del latínconscientia, «conocimiento compartido», y éste de cum scientĭa, «con conocimiento», el mismo origen que tiene consciencia, ser conscientes de ello) se define, en términos generales, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. También puede referirse a la moral o a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior por parte de un organismo.

Para simplificar, podemos definirla como el grado de conocimiento que tenemos sobre nosotros mismos y nuestro entorno. ¿Qué tipo de conocimiento? Conocimiento de nuestros estados internos (emociones, sensaciones físicas y pensamientos) y de las otras personas. Esta información resulta ser de una importancia vital. ¿Por qué? Imagínate que sales ante un auditorio lleno de gente y les vas a presentar tu último trabajo. Si no tienes un conocimiento claro de tus estados internos y los del público, posiblemente salgas al escenario con muchos nervios porque vives la experiencia como dar un salto al vacío. Y, además, desconoces si llevas paracaídas o no. Si este conocimiento de tí mismo y del resto es más claro, podrás tener más pistas sobre cómo lo estás haciendo e ir mejorando presentación tras presentación. ¡Cuántos nervios nos podríamos ahorrar si sabemos que salimos con paracaídas ante ese gran público!

Entonces, ¿tiene sentido aumentar el grado de conciencia? Depende. Se podría enfocar de otra manera diferente. Imagínate que tu grado de conciencia es como tu grado de visión. A día de hoy ves las imágenes de esta manera y con este grado de resolución:

¿Te puede interesar aumentar tu grado de resolución para ver la imagen más nítida? Obviamente sí, si tu intención es ver la imagen con claridad.

En el caso que quieras aumentar tu grado de conciencia, desde Formación Satori, te podemos ayudar de diferentes maneras. Puedes contactar con nosotros a través del siguiente formulario para recibir información de nuestros cursos y actividades:

Gracias por aumentar tu grado de conciencia 😉

 

La sabiduría oculta bajo un golpe de puño en la mesa

En cierta ocasión viví una experiencia con un compañero de trabajo que me tocó especialmente y quiero compartir. Pongamos que mi compañero se llama Alberto.

Alberto trabajaba en una ingeniería desde hacía 15 años. Por requisitos de su trabajo era habitual que viajara por todo el mundo. Las estancias fuera de casa podían durar desde una semana hasta un par de meses. Hacía dos meses que fue padre por primera vez. Justo aquel día que Alberto y un servidor entramos en la sala de reuniones hacía dos meses del nacimiento de su pequeña. El embarazo de su mujer y el nacimiento de su hija le hicieron cambiar su enfoque hacia el trabajo. En concreto, en estos últimos meses llevaba muy mal lo de tener que viajar. De repente el director técnico entró en la sala y cerró la puerta con firmeza. Empezó a explicar la situación actual y la previsión para el próximo mes. Llegó el momento en el que se dirigió a Alberto. Le indicó que tendría que ir un mes y medio a Perú para hacer una puesta en marcha en la fábrica de un cliente. Noté como Alberto se tensaba. Sus manos se cerraron y tensaron. Dejó de mirar al director y empezó a dibujar garabatos en una hoja. Permanecía en silencio mientras escuchaba. De repente, Alberto se levantó y dio un golpe de puño en la mesa. Soltó una especie de gruñido y se fue de la sala. Se provocó un silencio interminable dentro de la sala. Al cabo de un rato, el director nos preguntó si sabíamos que había pasado.

Hago una pausa en el relato y hago unos comentarios. Normalmente estos actos los solemos juzgar como no adecuados o no apropiados. Estoy totalmente de acuerdo, su comportamiento no fue nada adecuado. Pero desde siempre he tenido la curiosidad por entender el comportamiento humano. Estuve un buen rato reflexionando sobre qué podía haber pasado en el mundo interno de Alberto para reaccionar de aquella manera. Supongo que el haber estado tantos años interesado en estos temas y haber hecho mis propios procesos de auto-indagación, me sirvieron para llegar al momento ‘Eureka’ que viví. Fue un momento en que lo vi claro. Sabía que había algo positivo detrás de aquel comportamiento. Había algo que se me escapaba. Me salí del camino convencional de etiquetar aquel acto como inapropiado y quise indagar otras vías. Así que localicé a Alberto y le pregunté directamente: «¿Qué beneficios te puede traer el hecho de haber picado en la mesa?» Me miró con cara de incredulidad y contestó que gracias a ese comportamiento seguramente lo echasen. De nuevo le volví a insistir: «Esto que me contestas es algo negativo. Quiero saber qué puede venir positivo gracias a esta acción de picar en la mesa» . Se quedó unos minutos callado y no supo qué contestar. No volví a insistir más.

Al día siguiente se acercó a mi y me preguntó si podíamos salir a dar una vuelta. Accedí y salimos a la calle. Cuando llegamos a una zona menos transitada me confesó algo muy especial. Sus ojos estaban brillantes y le caía alguna lágrima.  Me comentó que ya tenía la respuesta. Le había venido justo esta mañana mientras se despedía de su hija y mujer. «El sentido positivo de mi golpe de puño en la mesa era para evitar tener que viajar a Perú por lo del curro. Quiero muchísimo a mis dos tesoros y no quiero separarme de ellas». Después de escucharle con toda mi atención me salió un «Guauuu» de admiración ante aquellas palabras. Era un privilegio haber presenciado aquello en directo. Nos dimos un abrazo y nos agradecimos haber estado presentes en aquel momento tan especial.

De camino al trabajo me vino otra pregunta: «Ahora que ya sabes la intención positiva del golpe, ¿se te ocurre otra manera para llegar a obtener el mismo objetivo?» Alberto me comentó que le venían varias ideas. Por ejemplo charlar a solas con el director y disculparse por lo ocurrido. Posteriormente, transmitirle con tranquilidad sus inquietudes y tratar de llegar a un acuerdo. Alberto estaba muy animado mientras me lo explicaba. De forma recurrente se preguntaba cómo no lo podía haber visto antes.

Soy consciente de que las historias no siempre acaban igual de bien que las pelis de Disney. Sin embargo en esta ocasión acabó muy bien para Alberto, para sus compañeros y su director técnico. Llegaron a un acuerdo de eliminar los viajes durante el primer año de vida de su hija. Los siguientes años hizo viajes más breves y próximos.

Esta experiencia junto a otras me han dado mucha esperanza y confianza en que las personas tenemos infinidad de recursos para resolver los retos que se presentan a diario. ¿Qué sucede si intentamos resolver los retos sin darnos un tiempo, sin escuchar a nuestro cuerpo, sin esperar a que emerja una solución más sabia? Nos ocurre lo mismo que a Alberto. ¿Cómo poder actuar de una forma más sabia? No es fácil ni inmediato. Bajo mi opinión y experiencia requiere cierta práctica. Si es para ti una prioridad tu salud y bienestar. Si estás dispuesto a dedicar un tiempo y compromiso en tu crecimiento personal, comparto este curso contigo. Es un muy buen punto de partida para que mejores la habilidad de parar, respirar y dar respuestas más sabias a los retos de la vida. Las respuestas no van a venir de mi parte, van a surgir de ti. Para acceder al curso puedes hacer clic en la siguiente imagen:

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 En este vídeo tienes una breve introducción sobre el funcionamiento del curso:

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Estar presentes mejora nuestra felicidad

Estar presentes mejora nuestra felicidad

¿Y si nuestra felicidad no dependiera tanto de lo que estamos haciendo? ¿Y si resulta que es clave el grado de atención que estamos poniendo en la tarea que estamos haciendo? En esta genial Ted Talk, Matt Killingsworth nos presenta un experimento que se llevó a cabo y algunas conclusiones:

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También aprovecho el post para ofrecerte varias alternativas sobre cómo entrenar nuestra presencia ante cualquier situación cotidiana:

  • Prácticas móviles (prácticas que puedes realizar en cualquier contexto, también conocida como práctica informal)
    • Despertarse y fijar objetivos para el día → Link
    • Escucha activa y presente → Link
    • Resultados de la práctica del Mindfulness → Link
    • ¿Qué sucede mientras practicas? → Link
    • Cuentos, reflexiones y metáforas (texto 1º) → Link
    • Mindfulness en transporte urbano → Link
    • Mindfulness en el aula: ¿qué me sucede aquí y ahora? → Link
    • Conciencia en el uso del correo electrónico → Link
    • Práctica con las llamadas telefónicas → Link
    • Uso consciente del móvil → Link
  • Prácticas estáticas (prácticas que se realizan en un lugar tranquilo y en una postura estática: sentado, tumbado, etc. También conocida como práctica formal)
    • Curso básico (en español y creado por nuestro proyecto Formación Satori) online y gratuito para que te inicies en la práctica de la atención plena (Mindfulness) → Link
    • Curso de MBSR – Mindfulness Based Stress Reduction – totalmente gratuito y online creado por Dave Potter (instructor totalmente acreditado por la University of Massachusetts Medical School). Lo he cursado y he utilizado muchos de sus materiales en formaciones que he impartido. Me parece un material sobresaliente y creado con muchísimo amor. El curso está disponible en inglés y español:
  • Libros
    • Una excelente selección de libros de mindfulness. Extraído del curso Palouse Mindfulness → Link
  • Webs
    • Excelente página en español con infinidad de recursos para profundizar en el mindfulness → Link

 

 

 

 

¿Qué lado eliges?

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y si sumamos una imagen con mil palabras, ¿qué sucede? 😉

cambio

 

 

 

 

 

 

¿Con qué te conecta la imagen? A mi me conectó con este cuento:

Un hombre dijo a su nieto: “siento como si tuviera en el corazón dos lobos que se están peleando. Uno de ellos es violento, está siempre enojado y queriéndose vengar. El otro está repleto de perdón, compasión y amor”.

El niño le preguntó: “¿Cuál de los dos será el que gane la pelea y se quede en tu corazón?”.

A lo que el abuelo le respondió: “El que yo alimente”.

A continuación me dio por revisar qué estaba haciendo yo en concreto y en qué lado me ubico. Después de unos minutos de calma me vino la siguiente frase: «Quiero ayudar con más fuerza e implicación en el lado izquierdo de la imagen». «Quiero que mis pensamientos, emociones y acciones vayan alineadas con la parte izquierda de la imagen».

Para concluir, comparto una serie de iniciativas en las que ya participo y van en esa dirección, por favor si conoces de otras compártelas:

  • Banca Ética: Triodos Bank
  • Cooperativa que contribuye a un modelo energético sostenible: Som Energia
  • Una nueva manera de crear tecnología de una forma más justa y ética, en esta ocasión a través de un móvil: Fairphone

¿En qué lado te posicionas?

 

 

 

¿Quién dirige tu vida?

carro

 

 

 

 

 

 

Imagina que el carro es tu cuerpo
Imagina que los caballos son tus emociones
Imagina que el cochero es tu mente
¿Quién es entonces el pasajero?
¿Detectas en tu vida un equilibrio entre caballos, cochero y carro?
¿Hacia dónde te diriges en tu vida, hacia qué objetivos?
¿Quién dirige el rumbo en tu vida; los caballos, el cochero, el pasajero o quizás otra cosa?

Creando mi estrategia deseada para los proyectos

En el siguiente vídeo os presento una herramienta que me ha servido como inspiración para diseñar y crear una estrategia más eficaz a la hora de embarcarme en nuevos proyectos profesionales (podéis activar subtítulos en español)

Después de visualizar el vídeo anterior, decidí crear un dibujo para poder crear una forma más eficaz de planificar, gestionar y realizar mis proyectos. En el siguiente vídeo os explico la estrategia que utilizo actualmente.

El dibujo se centra y titula: «Dibujando mi estrategia deseada para los proyectos» Utilizo como metáfora visual para el proyecto la construcción de un depósito de agua. En la parte izquierda tengo mi situación pasada y de la que estoy trabajando para desprenderme. En la parte derecha, con un énfasis especial de colores, está mi estrategia ideal para realizar proyectos. Se pueden ver los diferentes pasos de cómo he gestionado proyectos. Si quieres acceder al dibujo, puedes visualizarlo en: Dibujo

Parte izquierda del dibujo

Surgen creencias limitantes del estilo: «Yo soy responsable de todo lo que sucede en el proyecto» también siguiendo esta estrategia detecto mucho estrés en mí y en mi entorno. Resultado de ese estrés, en la fase 3: «Continuación desarrollo del proyecto» ante una pregunta del cliente: «¿Seguro que va bien?» se puede apreciar como lo interpreto como una falta de confianza en mí y eso a su vez me genera más estrés y sufrimiento. Una creencia limitante en este contexto sería: «Si el cliente me pregunta varias veces por el estado del proyecto es que no confía en mí». En la entrega del proyecto también detecto frases negativas hacia mí: «No me gusta dejarme las cosas para el final…siempre igual!!!» Esta creencia es especialmente limitante ya que me ubica en un estado perpetuo de hacerlo SIEMPRE igual.

Parte derecha del dibujo

 En la fase 1: «Inicio del proyecto» introduzco otras creencias que derivan en otras acciones. Por ejemplo, parto de la creencia generativa: «En el correcto desarrollo del proyecto somos varios los co-responsables, no estoy yo solo» esta creencia hace que pregunte mucho y trate de investigar qué quieren realmente los clientes. En la fase 2: Prototipo, les muestro una maqueta (en este caso una captura de pantalla) de lo que he entendido que quieren. En esta fase haré tantas repeticiones hasta que haya una visión compartida del proyecto. Surgen creencias muy potentes del estilo: «La escucha activa y profunda te va asegurar el éxito en esta fase del proyecto y además depende plenamente de ti entender muy bien lo que quieren los diferentes actores». Para esta fase me ha resultado muy útil cursar el siguiente MOOC del M.I.T:
Una vez que se tiene el prototipo claro, pasamos a la organización temporal. En esta fase se trata de acordar unos tiempos en las diferentes entregas que pueda tener el proyecto. Vuelve a ser una fase donde CO-CREO con un responsable de la empresa y existe un diálogo. Trabajando de esta manera me disminuye muchísimo el estrés y las preocupaciones. Me empodera tal y como se puede ver en las fases 5 y 6.
Este ejercicio visual no acaba aquí. Una vez que lo he finalizado se trata de que lo observe, me lo crea y que realice una acción específica a diario para poder acercarme al modelo que deseo. Para finalizar quiero invitarte a que diseñes tu propia estrategia en el ámbito de tu vida que más te interese. Mi estrategia puede orientarte inicialmente, pero sólo con tu total implicación y acción podrás sacar el máximo provecho de la herramienta.

PROGRAMA DE TRANS-FORMACIÓN PERSONAL MÉTODO CATALYZING®-Catalización del Cambio

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Es un placer y un orgullo, ser parte colaboradora de esta gran iniciativa de un gran profesional y amigo como es Óscar Guirado. Los detalles completos los podréis encontrar en su web en el siguiente enlace: Link Programa

A continuación os muestro el equipo que formaremos parte de este gran viaje, os esperamos a todos los que sintáis que puede seros de utilidad.

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¿Desde dónde quieres vivir: media naranja o naranja completa?

John LennonEn el anterior artículo: «Este 2015 encontrarás a tu media naranja» trataba la idea de encontrar a nuestra media naranja. Quise reflejar que ya somos una naranja completa y no hace falta hallar algo o alguien externo a nosotros para que nos complete. También señalé los riesgos de apego emocional que se pueden derivar de vernos incompletos. Algunos de vosotros me habéis sugerido que desarrolle más el tema y explique cómo conseguir conectar con nuestra «naranja completa». Oído cocina 🙂

A mi entender, podemos vivir la vida desde dos perspectivas: desde el miedo o desde el amor. Veamos cada uno de los dos enfoques:

Vivir desde el miedo (o ser media naranja)

El corazón se cierra. Nos protegemos del dolor y de responsabilizarnos por él, a través del control o de la resistencia a ser controlado ante el miedo. Buscamos la felicidad en cosas externas. Creemos que somos víctimas de las elecciones de otros. Creemos que podemos controlar los sentimientos y el comportamiento de los demás. Nos juzgamos a nosotros mismos y a los demás como correcto o incorrecto, bien o mal. No estamos dispuestos a abrirnos a un guía espiritual o conectar con nuestro niño interior. Invertimos en el resultado y creemos que podemos controlarlo. Evitamos responsabilizarnos por nuestros sentimientos con un comportamiento protector, adictivo y controlador.
Desde el miedo te desconectas de ti mismo y surgen diferentes adicciones:

  1. Adicción a manipular: enfadarse, culpabilizar, interrogar, criticar, hablar mal, estar a la defensiva, rechazar, ser arrogante…
  2. Adicción a la gente: atención, aprobación, amor, conexión, romanticismo, sexo… para evitar sentir la ansiedad del dolor.
  3. Adicción a actividades o cosas: Televisión, ordenador, móvil, cotillear, estar muy ocupado, deportes, leer, meditar, masturbarse, dormir, auto-criticarse…
  4. Adicción a sustancias: drogas, alcohol, nicotina, comida, azúcar, cafeína,… Desde el miedo te sientes inseguro y en peligro. Interiormente te sientes: triste, deprimido, solo por dentro y por fuera, víctima, impotente, indefenso, ansioso, vacío, adormilado, insatisfecho, avergonzado, culpable, indigno, atrapado, dando vueltas en círculos…

En las relaciones se crean co-dependencias: sistema cuidador/cuidado, dependiente, desconectado, distante, incapaz de dar apoyo al otro, conflictivo, enfadado, culpabilizador, atrapado en luchas de poder, violento, deshonesto, incapaz de dar o recibir amor…

Vivir desde el amor (o ser naranja completa)

El corazón se abre. Aprendemos con el espíritu/amor incondicional a amarse uno mismo y a los demás frente al miedo. Buscamos la felicidad en nuestro interior. Sentimos compasión: primero hacia nosotros mismos, nuestros propios sentimientos y luego hacia los demás. Deseamos responsabilizarnos por nuestros propios sentimientos y comportamientos. Sabemos que tanto nosotros como los demás tenemos buenas razones para nuestros sentimientos y nuestro comportamiento. Tenemos verdadera curiosidad por conocer nuestros miedos y falsas creencias. Estamos dispuestos a contar toda nuestra verdad sin culpa ni juicios. Estamos dispuestos a arriesgar a otros antes que perdernos a nosotros mismos. Desde el amor te conectas:

  1. Estás dispuesto a sentir el dolor/miedo y a responsabilizarte de tus sentimientos y seguridad
  2. Intención de aprender sobre el amor y el miedo. Abre el corazón a la compasión y te conviertes en adulto amoroso.
  3. Te escuchas a ti mismo y dialogas con tu Yo herido. Exploras los miedos, las falsas creencias, los recuerdos y el comportamiento resultante que causa tu dolor. Exploras tus talentos y aquello que proporciona alegría a tu Yo interior.

Desde el amor te sientes seguro y a salvo. Interiormente te sientes: Poderoso, confiado, en ti mismo, libre, auténtico, integrado, orientado a servir, agradecido, alegre, en paz, sereno, creativo, curioso, apasionado, vivo, juguetón, espontáneo.
En las relaciones te sientes parte de un círculo creciente de amor. Interdependiente (la relación interdependiente implica que todos los participantes sean emocional, económica y/o moralmente “independientes”), apoyando, fortaleciéndose el uno al otro. Respetuoso, amable, delicado, apasionado…

Ahora nos quedaría la pregunta del millón, ¿cómo pasar de un estado a otro? Es lo que trato de hacer en los procesos de coaching cuando acompaño a mis clientes. Si deseas dar ese paso, te puedo acompañar.

Este 2015 encontrarás a tu media naranja

naranja entera

Vivimos en tiempos de muchos cambios. Es cierto que siempre han habido cambios en la historia de la humanidad. En esta ocasión, pienso que los cambios están sucediendo a una velocidad mayor.   Estamos hiperconectados con la tecnología y con multitud de estímulos. Pero también, a medida que nos conectamos con lo exterior, perdemos conexión con nuestras emociones, sensaciones físicas y diálogos internos. En este contexto se hace difícil reflexionar sobre quienes somos y las cosas o proyectos que verdaderamente nos mueven. Viajamos con muchas inercias mentales y creencias limitantes. En este primer artículo del 2015, quiero desmitificar una creencia o inercia mental muy típica: «Para ser feliz, debo de encontrar a mi media naranja».

Reflexionemos un poco respecto a esta afirmación. ¿De veras necesitamos algo o alguien externo para que nos complete? ¿No nos hace esta creencia vivir la vida como si fuésemos personas limitadas o incompletas? Aparentemente es una frase inocente, pero de inocente nada. ¡Ya somos una naranja completa! No necesitamos a otra persona para ser completos, ¡ya somos completos! Somos increíblemente bellos desde el mismo día que nacemos.

 El hecho de vernos incompletos, crea una dependencia con nuestra pareja sentimental. Sutilmente, le otorgamos un poder y responsabilidad que no tienen. Les estamos cargando con el peso de: «responsables de nuestra felicidad». ¿Te das cuenta de la gran responsabilidad y poder que le entregas? Esto a su vez trae un efecto muy destructivo. Una vez creado este apego emocional, ¿qué sucede cuando tu pareja decide acabar con la relación? Al haberle dado la responsabilidad y el poder de hacerme feliz, veo esta ruptura como algo terrible. Aparecen pensamientos del estilo: «¿Qué voy hacer sin ti?», «Mi vida no tiene sentido sin ti», etc. Este tipo de pensamientos pueden acabar derivando en otros pensamientos y acciones de violencia contra la pareja. Como ves, el tema es importante y conviene que invirtamos tiempo y dedicación en hacernos responsables de nuestras emociones y vernos como seres completos.

Este tema entra dentro del apego emocional y es muy típico dentro de los procesos de acompañamiento personal que realizo. Si te interesa explorar tu situación personal, puedes contactar conmigo a través del formulario web.

Te deseo que durante este 2015, encuentres en tu interior esa mitad de la naranja que siempre ha viajado contigo 🙂